Sunday, October 01, 2006

Los huracanes nacen en África

Imagen: NASA. BUENOS AIRES, 27 de setiembre de 2006 (19:20 Hora de Argentina). Durante mucho tiempo, los científicos han sabido que los huracanes que azotan las costas del Océano Atlántico, en América del Norte y en Centroamérica, nacen a partir de sistemas de tormentas del desierto, lejos de la costa oeste del norte de África. En un irónico giro, estas tormentas, las más húmedas de todas, son impulsadas por el clima de uno de los sitios más secos de la Tierra, el Sahara (el nombre significa "desierto" en árabe).
Con el propósito de conocer los detalles de lo que sucede, la Nasa y algunos investigadores universitarios analizan la costa oeste de África dentro de una campaña internacional llamada "Análisis Multidisciplinario de los Monzones Africanos" (African Monsoon Multidisciplinary Analysis, o AMMA, en inglés). El grupo integrante de la campaña que pertenece a la Nasa se llama NAMMA.
Observan la transición de las nubes cargadas con electricidad, lejos de la costa de África, hasta que se convierten en los huracanes. Ésta es una región con gran actividad relacionada con el nacimiento de huracanes.
El estudio se centra sobre las Islas de Cabo Verde, un grupo de 18 islas volcánicas ubicadas en el Océano Atlántico, aproximadamente a 480 km fuera de la costa oeste de África.
El desierto en los huracanes
Los huracanes son enormes motores de calor que giran impulsados por el calor de las aguas tropicales. Los huracanes de categoría 5 pueden embolsar vientos de 240 kph o más. Muchos de esos centros de energía se originan con combinaciones de tormentas eléctricas que se producen lejos, en África. Pero no todas las tormentas eléctricas se convierten en huracanes. ¿Por qué no? En esta historia, hay que tener en cuenta muchos más elementos que simplemente el agua cálida
Otro componente que ayuda a la formación de huracanes son las tormentas de polvo del Sahara. El aire seco del desierto, que sopla en dirección oeste, puede debilitar los sistemas de tormenta del Atlántico. El polvo puede también hacer las veces de puntos de enucleación para el vapor de agua, provocando así la lluvia. Todavía no se comprende por completo esta interacción entre el océano y el desierto lo que se trata de descifrar.
Para investigar con mayor profundidad, el NAMMA utiliza el Laboratorio Aéreo DC-8 de la Nasa. El laboratorio está equipado con instrumentos de meteorología que se utilizan para medir el viento, el vapor de agua, la humedad, la presión atmosférica, la temperatura y la física detallada de la formación y el desarrollo de las nubes.
El objetivo es utilizar los resultados de esta investigación para mejorar la tecnología que permita predecir con mayor precisión las precipitaciones y los huracanes para el futuro.
Fuente: Nasa
Ver imagen en Terra.com y Terra.es.

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