Wednesday, October 15, 2008

ENCUENTRO ENTRE DOS CULTURAS

Por Maria Cristina Rigonatto (1)
Buenos Aires
, 12 de octubre de 2008.
Entendiendo el problema
Imagen: Maria Cristina Rigonatto.Cuenta una historia que tres ciegos encontraron un elefante. “Es una cosa grande y áspera, extensa como una alfombra” dijo el primero, tocando una oreja. El segundo, tomando una trompa, exclamó: “Yo tengo la verdad. Es un tubo recto y hueco”. Y el tercero, tomando una pata delantera, señaló: “Es poderoso y firme como una columna”. La historia termina con esta conclusión: “Dado el modo de conocer de estos hombres, jamás conocerán un elefante”. ¿Cuántas veces los seres humanos vemos solamente una parte de la realidad, una parte de la historia? Para comprender y poder ver el elefante entero, para apreciar la belleza de las personas, de las diferentes culturas, debemos ver la totalidad. No es sorprendente que la poca salud de nuestro mundo actual guarde una proporción directa con nuestra incapacidad para verlo como una totalidad.
Ver totalidades en vez de partes, nos ayuda a crear el futuro en vez de reaccionar ante el presente y criticar el pasado.
Sin el pasado no tendríamos presente, sin el presente no existiría el futuro. Lo importante sería poder transmitir a nuestras generaciones de estudiantes, una visión general, positiva, constructiva, para que pueden discernir que no todo lo que nos enseñaron fue malo o estuvo equivocado, que si juntamos las partes del rompecabezas podemos ver la totalidad y que por suerte los seres humanos tenemos la capacidad de revisar, corregir, modificar, reconocer errores y aciertos y por sobre todas las cosas sumar; para construir una realidad que sea mas justa para todos, integrando y no discriminando, tomando la riqueza de las diferentes culturas, ya que en la diversidad está el crecimiento.
Un viaje imaginario
“Cierro los ojos, inicio un viaje hacia atrás, hacia un pasado muy remoto, veo el nacimiento del universo, ya que veo las partículas que se formaron allí en los primeros segundos”. “Veo a la Tierra como una inmensa nave rocosa, sin piloto ni tripulantes que puedan conducirla, modificar su velocidad, su posición, ni su rumbo; en desplazamiento permanente a altísimas velocidades, compuestas por múltiples rotaciones y traslaciones, y veo la formación de un sistema que como por milagro, dará origen y mantendrá la vida en esta nave de la vida. Veo que nunca atraviesa en su largo viaje el mismo punto en el espacio cósmico. Veo que es integrante de un universo en expansión.”
“Veo la composición de las macromoléculas que se juntaron para dar nacimiento a la vida. Veo las primeras células vivas, el desarrollo del mundo vegetal, el comienzo de la humanidad en la era terciaria en el sur de África hace millones de años. Veo los primitivos seres humanos multiplicándose y poblando todo el planeta. Veo los diferentes grados de desarrollo en Europa y América. Veo la Edad Media Europea, el surgimiento de los feudos y de las monarquías. Veo el Renacimiento, que rompió con el llamado oscurantismo medieval y colocó al hombre en el centro del universo; la pintura, la arquitectura y la escultura, que encontraron su expresión más elevada, de la mano de genios como Miguel Angel o Leonardo da Vinci.
Veo la necesidad de investigar, explorar, descubrir, confirmar teorías; “la tierra es redonda, gira, y no es el centro del universo”.
Veo el esfuerzo y la preparación de un grupo de hombres liderados por Cristóbal Colón, un marino con la decisión y la fortaleza para cumplir un objetivo que en esa época se consideraba inalcanzable.
Veo el desanimo, el cansancio, el fracaso de toda esa expedición que sintió que sus esfuerzos se rompían en pedazos.
Veo el asombro, el descubrimiento, la incredulidad, lo inexplicable para todos esos seres que, surgidos de un mismo origen, alcanzaron diferentes grados de desarrollo y signaron el encuentro entre las civilizaciones Americanas y Europeas.
Veo los pueblos indígenas de América, descendientes de las poblaciones originarias que están en el continente americano desde hace más de treinta mil años.
Veo hombres y mujeres herederos de ese transitar de miles y miles de años de conformación cultural.
Veo los ritos ancestrales, los chamanes, el amor a la tierra, el respeto a sus ritos y tradiciones.
Veo los agricultores de las montañas en el noroeste, cazadores de la selva en la región chaqueña, agricultores y navegantes en el nordeste de los grandes ríos, cazadores de las praderas de la Pampa y la Patagonia, cazadores y pescadores en el helado extremo sur.
Abro mis ojos, regreso de mi viaje hacia el pasado y veo que muchas de esas culturas constituyen hoy una parte significativa del conjunto de nuestra población. Veo que son nuestros hermanos, los originarios, los primeros, y veo que han sido protagonistas de la historia Argentina.
Veo el avance de la ciencia y de la tecnología, las escuelas, las universidades, los jóvenes fabricantes del futuro.
Veo la importancia de la tarea docente en la distribución social del conocimiento y en la recreación de nuestra cultura, albergando la diversidad de historias, recorridos y experiencias que nos constituyen.
Veo a la escuela como la principal responsable para contribuir a unir lo que está roto, a vincular fragmentos, a tender puentes entre el pasado y el futuro.
Veo un futuro distinto, más justo, donde todas las culturas puedan integrarse y enriquecer los espacios de dialogo para desarrollar un lenguaje común que incorpor la experiencia, los saberes y el bienestar común de todos, mirando hacia adelante, mejorando las condiciones de vida de los verdaderos dueños de la tierra, aquellos que ya estaban cuando todavía ni siquiera se sabía que tendríamos un futuro común que construir.”
Aquí comienza el aprendizaje
Desde el Nivel Inicial y específicamente en nuestra Institución, trabajamos en todas las salas sobre las diferentes culturas indígenas (guaraníes, mapuches, collas), sus costumbres, artesanías, leyendas, etc. Como actividades previas, se prepararon diferentes alimentos (panes, chipás, tortas fritas) que luego se compartieron en el taller realizado con las familias.
La sala de cinco, sala azul, realizó un taller donde niños y familias trabajaron sobre un mural relativo al tema.
La sala de cuatro, sala verde; trabajó modelado con arcilla de figuras indígenas.
La sala de tres, sala roja; trabajó con materiales de la naturaleza (corteza de árboles, semillas, frutos secos, etc.), centros de mesa o adornos para colgar.
En cada sala, las docentes contaron diferentes leyendas o anécdotas relativas al tema. Todo estuvo acompañado con música de las diferentes culturas, mate, y los alimentos preparados en cada sala.
Para finalizar todas las familias recorrieron las salas para apreciar los diferentes trabajos confeccionados.
El agradecimiento de las familias y las caritas sonrientes de los niños, nos brindó la seguridad de que el momento compartido cumplió su objetivo: participación, información, y transmisión de nuestra propia cultura, nuestras raíces, el lugar al cual pertenecemos y la deuda que todavía tenemos con nuestros hermanos, los primeros, los pioneros de nuestra historia.
Fuentes consultadas:
“La cabeza bien puesta”, Edgar Morin.
“Historia Universal”, Editorial Sol 90.
“La quinta disciplina”, Peter Senge.
“Juegos y juguetes, narración y biblioteca”, Ministerio de Educación, Argentina.
“Impacto de la crisis social en la relación docente – alumno”, Maria Cristina Rigonatto, USAL.
(1) Directora de “Remando por la Web”. Profesora de Educación Preescolar, Especializada Literatura Infanto Juvenil, Técnica Nacional en Recreación y Tiempo Libre, Licenciada en Educación Inicial.
Nota: Este artículo fue publicado en "Remando por la Web" con motivo del Taller llevado a cabo en Nivel Inicial en conmemoración al Día de la Raza.

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