Monday, July 09, 2007

Después de casi un siglo nieva en Buenos Aires

Por Adolfo Cristian Farizano
BUENOS AIRES, 09 de julio de 2007.

Imagenes: varias de la nevada en Buenos Aires el 09 de julio de 2007.

La última vez que nevó fue el 22 de junio de 1918. Agustin Bardi escribió el tango “¡Qué noche!” con tal motivo.
En aquel momento, el mundo estaba en plena Primera Guerra Mudial. Gobernaban en Iglaterra Jorge V, en Estados Unidos Woodrow Wilson, en Francia Raymond Poincaré, en España Alfonso XIII, en la Confederación Germánica Guillermo I, en Japón Hirohito, en Rusia Lenín, y en Argentina Hipolito Irigoyen.
¿Quien le iba a dar alguna importancia en ese momento histórico a una nevada en la Ciudad de Buenos Aires, cuando habían escasos caños de escape y chimeneas?
Miles de personas salieron hoy 09 de julio de 2007 de sus casas para contemplar y celebrar la primera nevada que se registra en la capital en 89 años.
Una ola de frío extremo cubre buena parte del territorio nacional con nevadas en zonas donde muy rara vez se produce ese fenómeno.
A partir del mediodía comenzó a caer aguanieve que se convirtió después en nevada. En el centro de la ciudad, los copos se derretían al llegar al suelo. La nieve llegó a acumularse en parques, lugares abiertos, barrios y municipios suburbanos.
Grupos de vecinos, en particular niños, se juntaron para contemplar como las copas de los árboles y los techos de los vehículos se cubrían de blanco. Fuera de la capital, especialmente en el interior, la nieve cayó con mucha mayor intensidad.
En la ciudad de Buenos Aires se registró una temperatura mínima de un 2,5 grados bajo cero (medida por el termómetro de un Corsa).
Son las 20:30 horas y nieva copiosamente en Buenos Aires, y gran parte de la Argentina. La nieve se acumula sobre los techos de las casas, vehículos, copas de los árboles, veredas. Hace muchísimo frío acá. Pienso en la gente que duerme en las calles y que queda a merced de este fenómeno climático extremo, que cayó por última (no por única) vez en esta Ciudad capital de Argentina en 1918. ¿Quién va a cuidar de los indigentes para que no mueran de frío en esta gélida noche; además del Buen Dios, fuente de toda razón y justicia?. ¿Acaso algún funcionario público lo va a hacer?. ¿Quién va a ser el responsable de los muertos de frío que ya fueron y los que pueden llegar a ser?. Los vivos de hoy para que no mueran de frío, hambre o abandono son la prioridad de los Representantes elegidos por el pueblo. No fueron elegidos para que lleven una vida de reyes conduciendo la inmensa nave del Estado mirando por el espejo retrovisor, pues de esa manera es seguro que se llevarán por delante por ejemplo un invierno crudísimo, sin perros, es decir, sin tener todo listo para enfrentar y derrotar al General Invierno.
Leía en algún medio que los catastróficos climáticos ambientalistas de siempre culpan de esta genuina expresión hostil de la naturaleza, tan vieja como la injusticia, al Recalentamiento Global del Planeta por la Actividad Humana.
Yo me pregunto: ¿Creen que somos todos estúpidos y que no tenemos ojos para ver y cabeza para pensar?.
La Madre Teresa de Calcuta decía que el 97% de la humanidad duerme y tan solo un 3% está despierta. Nosotros estamos tan despiertos como los ambientalistas, pero viendo desde diferente ángulo este fenómeno absolutamente natural.
¿Qué nivel de emisión de gases de efecto invernadero había en 1918 cuando se produjo por última vez este fenómeno que hoy se repite en Buenos Aires?. No resiste ningún análisis serio.
TransEnerCliMa pide al señor Gore encarecidamente que apunte los cañones enfriadores del clima hacia otro lado porque acá hace un frío bárbaro sin su ayuda.
Se sugiere leer para completar el panorama a Václav Klaus, S. Fred Singer y Yuri Izrael, que le darán información oportuna e importante para formarse su propia opinión (no enlatada) acerca del supuesto y no probado Recalentamiento Global del Planeta.

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